¿Qué es la psicopatía?

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Teresa Calvo

Psicóloga Colegiada nº: CM02885

Síntomas, causas y cómo tratar el trastorno de personalidad psicopática

La psicopatía es un trastorno mental común que se distingue por ciertos rasgos de personalidad, como una disminución de la empatía y el remordimiento, una actitud audaz y desafiante, y una dificultad para controlar los comportamientos impulsivos. Los individuos que padecen este trastorno, comúnmente conocidos como psicópatas, son capaces de realizar actos delictivos extremadamente graves sin experimentar culpa o remordimiento.

Este trastorno afecta más a hombres que a mujeres y, aunque muchos psicópatas llevan una vida aparentemente normal, en ocasiones se desvían de esa normalidad para cometer actos delictivos que pueden llegar a ser violentos o incluso homicidas.

Viene recogido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM5) como Trastorno de la Personalidad Antisocial.

La mente de un psicópata

La hipótesis que sugiere una relación entre la química cerebral y la psicopatía ha ganado terreno en los últimos años. Diversos estudios han indicado que la psicopatía está fuertemente condicionada por factores neurobiológicos. No existe un único tipo de psicópata ni un único tipo de cerebro psicopático, pero se han identificado varias diferencias clave en el funcionamiento cerebral de los psicópatas en comparación con individuos sanos, especialmente en áreas como el sistema límbico, el sistema paralímbico y la amígdala.

Sistema límbico

El sistema límbico es responsable de producir respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales, desempeñando un papel crucial en las relaciones afectivas. Según el investigador Robert Hare, los psicópatas presentan daños en esta área, lo que les impide inhibir o detener sus conductas inapropiadas. Esta incapacidad para aprender del castigo y pensar en el futuro puede explicar su irresponsabilidad, egocentrismo, inmoralidad e insensibilidad.

Sistema paralímbico

Las diferencias en el sistema paralímbico pueden reducir el control sobre la impulsividad, la empatía, la memoria emocional y la percepción del dolor, afectando también al aprendizaje y la toma de decisiones.

Amígdala

Los psicópatas muestran una respuesta innata de falta de miedo, posiblemente debido al mal funcionamiento de la amígdala, una región crucial para la regulación de las emociones. Además, el bajo nivel de excitación cortical en los psicópatas se traduce en bajos niveles de ansiedad, lo que puede contribuir a su comportamiento imprudente y audaz.

Rasgos psicopáticos

Entre los rasgos más destacados de la psicopatía se encuentran:

Facilidad de palabra y encanto superficial.

Sentido exagerado de autovalía.

Necesidad de estimulación y tendencia al aburrimiento.

Mentira patológica.

Comportamiento manipulador y estafador.

Ausencia de remordimiento o sentimiento de culpa.

Afecto superficial.

Insensibilidad y falta de empatía.

Estilo de vida parasitario.

Pobre autocontrol de la conducta.

Conducta sexual promiscua.

Problemas de conducta en la infancia.

Ausencia de metas realistas a largo plazo.

Impulsividad.

Irresponsabilidad.

Incapacidad para aceptar la responsabilidad de las propias acciones.

Delincuencia juvenil.

Tipos de psicopatía

Existen diferentes subtipos de psicopatía, y las clasificaciones varían. A continuación, se describen los más comunes.

Psicópatas funcionales

Los psicópatas funcionales, también conocidos como integrados, poseen habilidades y destrezas que les permiten adaptarse a diversas circunstancias sin recurrir a comportamientos delictivos o violentos. Por ello, no se convierten en delincuentes a pesar de su trastorno.

Psicópatas criminales

Los psicópatas criminales, o puros, cumplen con los 20 rasgos de personalidad que conforman la Psychopathic Checklist Revised (PCL-R) de Hare. Estos individuos no logran integrarse en la sociedad y a menudo terminan siendo delincuentes.

Psicópatas primarios

Los psicópatas primarios se caracterizan por ser egoístas y manipuladores, con un frágil Sistema de Inhibición Conductual (BIS), relacionado con el miedo y las conductas de evitación pasiva. Este tipo de psicopatía tiene un origen biológico y se puede decir que los individuos «nacen» con estas características.

Psicópatas secundarios

Los psicópatas secundarios presentan conductas antisociales e impulsivas debido a un exceso en el Sistema de Activación Conductual (BAS). Esta variante se desarrolla como un mecanismo de afrontamiento y está determinada por experiencias adversas y traumas en la infancia.

Síntomas de la psicopatía

Uno de los signos más evidentes de la psicopatía es la incapacidad de empatizar. Los psicópatas no pueden experimentar compasión ni sentir culpa o arrepentimiento por sus actos, lo que se traduce en explotación de los demás, mentiras y engaños, y disposición a la violencia sin preocuparse por las repercusiones.

Además, los psicópatas pueden mostrar emociones superficiales y tener dificultades para formar y mantener relaciones. Su comportamiento socialmente imprudente abarca desde actividades delictivas hasta la manipulación astuta de los demás.

Tratamiento de la psicopatía

El tratamiento de la psicopatía es un proceso complejo que requiere la intervención en varios aspectos de la vida del individuo. Aunque la medicación puede ayudar a controlar síntomas depresivos y ansiosos, no es una cura definitiva. La terapia psicológica es esencial, con intervenciones que promuevan la regulación emocional, la empatía y las habilidades sociales.

La familia y la comunidad pueden proporcionar un entorno de apoyo que facilite el cambio positivo. Sin embargo, uno de los mayores desafíos es lograr que el psicópata acepte la necesidad de tratamiento, ya que muchos no reconocen que tienen un problema.

La terapia puede ser un esfuerzo de por vida, pero con las intervenciones adecuadas, muchos individuos con psicopatía pueden controlar sus síntomas y llevar una vida satisfactoria.

Prevención de la psicopatía

La prevención de la psicopatía comienza en la infancia. Los padres y cuidadores deben fomentar la inteligencia emocional, la empatía y las habilidades sociales, estableciendo límites claros y promoviendo un desarrollo positivo. La intervención temprana en casos de comportamientos agresivos o antisociales es crucial.

Para los adultos, la intervención temprana en el sistema de justicia penal es clave. Identificar y tratar a los individuos con tendencias psicopáticas puede reducir la probabilidad de delitos violentos. Los programas de formación en habilidades sociales y emocionales, así como el apoyo comunitario, pueden ser eficaces.

Abordar los traumas infantiles también es fundamental. El tratamiento precoz de estos traumas puede prevenir el desarrollo de la psicopatía. La terapia puede ayudar a los individuos a abordar su pasado y reducir la probabilidad de comportamientos inapropiados.

La psicopatía es un trastorno complejo que puede llevar a comportamientos violentos y agresivos si no se trata adecuadamente. Aunque existen esfuerzos preventivos, es vital reconocer los síntomas y buscar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicación, terapia y apoyo familiar.

La educación sobre inteligencia emocional, empatía y habilidades sociales es clave para prevenir el desarrollo de la psicopatía. Con la intervención y el apoyo adecuados, los individuos con psicopatía pueden llevar una vida plena y contribuir positivamente a la sociedad.

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